La campaña de concienciación social se fundamenta en una serie de premisas que se han consensuado desde los diferentes grupos de trabajo de Bizitegi haciendo copartícipes a todas las personas usuarias. De esta manera, se quiere dar voz a las personas en riesgo de exclusión y escuchar sus reivindicaciones sociales. Entendemos la exclusión social como un proceso de desajuste entre lo que la sociedad nos pide y lo que las personas somos capaces de dar. El perfil de las personas que están excluidas varía en función del modelo de sociedad en el que viven. Lo que no varía es que en todas las sociedades hay personas que “están a la cola”. Y es responsabilidad de todas las personas de cada sociedad trabajar para que sus condiciones de vida mejoren
- Vivir en la calle no es mi elección
Todas las personas vivimos en las mejores condiciones que están a nuestro alcance. Esto incluye desde la situación material, la red de apoyo personal, la salud o la vivienda, hasta el estado de ánimo o los dinamismos vitales. Una persona, en un momento determinado de su vida, bien por un traspiés económico, una separación, una debacle laboral, una deuda o varias de estas situaciones juntas, puede verse, de la noche a la mañana, sin un sitio donde vivir. Y hay personas que no cuentan con la red de apoyo o con los recursos personales suficientes que les permitan salir de esa situación.
- Casas vacías y gente en la calle
Según los últimos datos ofrecidos por Eustat (el Instituto Vasco de Estadística), más de un millón de viviendas están vacías en la CAV, de ellas, la mitad está en territorio vizcaíno. Concretamente, la cifra asciende a 533.387 viviendas vacías en Bizkaia, supone el 51,9% del parque total de casas sin habitar –asciende a 1.027.751 viviendas en Euskadi-. Observando esta realidad, más de medio millón de casas vacías, desde Bizitegi invitamos a la ciudadanía a reflexionar sobre las consecuencias de la pobreza y la vulneración de derecho a una vivienda digna que sufren muchos vizcaínos y vizcaínas.
- No hay derechos sin techo
El artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que toda persona “tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure salud, bienestar, vivienda, etc”. En Bizitegi creemos que la falta de un lugar donde vivir vulnera los derechos fundamentales inherentes a todo ser humano por lo que pedimos que se cumpla este derecho y que todas las personas podamos disfrutar de una vivienda digna. Sin ella las personas no tienen una base sobre la que desarrollar correctamente su proyecto de vida.
Días de lluvia, granizo, nieve, temperaturas bajo cero, humedad, calor sofocante en verano. Vivir en la calle los 365 días del año no es lo deseable. Vivir en la calle supone no tener un lugar físico al que considerar “tu hogar”, no disponer de un sitio donde guardar tus pertenencias, tus objetos personales tus recuerdos con valor sentimental; estar expuesto a las condiciones meteorológicas en función de la época del año.
Estar expuesto o expuesta a robos, hurtos o violencia. Porque, contrariamente al estigma de peligrosidad que se les atribuye, las personas que viven en la calle son víctimas frecuentes de agresiones de terceros.
- Queremos hechos, no solo derechos
Estamos en una sociedad (la vasca), que cuenta con un buen nivel de derechos para las personas que viven en ella.
Sin embargo muchas veces las posibilidades teóricas no se convierten en un ejercicio efectivo de estos derechos. Diferentes dificultades asociadas a los procedimientos administrativos, a la debilidad extrema de algunas personas, o a diversos fallos en el sistema, hacen que esto suceda.
Por ello es importante que tanto la administración como la ciudadanía y las entidades sociales trabajemos codo con codo para corregir estas disfunciones.
- Estoy sin hogar, soy visible
Mediante esta campaña queremos dignificar a las personas sin hogar mediante pequeñas acciones que, juntas, provoquen un gran cambio social. Un gesto tan simple como saludar a una persona sin hogar, contestarle si nos pregunta algo o hablarle con educación puede convertirse en una actitud transformadora. A pesar de que la gente pueda pensar lo contrario, las personas sin hogar que habitan en la calle son la cara visible del sinhogarismo, pero existen muchas otras personas que residen en centros o que utilizan los recursos existentes y no son visibles. Disponen de centros residenciales de forma temporal o permanente, pero no disponen de un hogar.