Testimonios

A continuación recogemos algunos testimonios de personas sin hogar de cómo fue su primera noche en la calle

Mi primera noche en la calle fue……

  • “Mi primera noche en la calle fue en 1989, en Barakaldo, en un cajero y dos semanas más tarde en un coche, que era un 131, una semana y encima de mono. En aquella época había pocas ayudas, no había albergues y tenias que dormir en plena calle o como pudieras. Me acuerdo que había un módulo en la calle Zaballa, al lado. En el módulo te daban un zumo y ahí metían la metadona. Había muchísima gente enganchada y en la calle durmiendo, en cajeros o donde pillaban, etc. Mi solución fue trapichear, costo, caballo y coca de unos sudamericanos y nos lo dejaba fiado a mí y a mí amigo Joseba, en paz descanse, y lo vendíamos en la calle Zaballa y en el matadero y en el parque de los hermanos, etc. Y la última noche en la calle durmiendo fu en Bilbao, en el cajero de las escaleras mecánicas, en la BBK, en invierno. Mi primera noche en la calle sentí impotencia, malestar, porque estaba enganchado y mal conmigo mismo, por no tener conmigo a mi hija”. I.G.V.
  • “Mi primera noche en la calle: sentí odio, rechazo y malestar”. E.A.L
  • “Mi primera noche en la calle: sentí miedo a que me hicieran daño”. J.C.A.
  • “Mi primera noche en la calle: En la puerta de un mercado que tenía un voladizo. Me cortaba que me viera la gente, yo me tapaba la cabeza. En una aldea de Soria con una manta y una colcha para tres, en una marquesina de una parada de bus. Realmente tristeza y melancolía, no había ni un alma por la calle. En una plaza apartada, en un quiosco de música. Tres cuartos de lo mismo, es triste dormir en la calle, la noche es inevitable y el sueño también. En un antiguo lavadero de ropa. Impotencia, porque al final nos echaron del lavadero, la guardia civil con uno del ayuntamiento, decía que aquello era privado del ayuntamiento, si es del ayuntamiento es público. En un puerto de montaña en un coche abandonado. Con mucha preocupación, no sea que viniera la guardia civil. En mitad de un campo arado y encima había llovido, allí dejamos las mantas con 300 kilos de barro. Aquí no me enteré de nada, iba a gusto, tan sólo que llegaron los civiles, pero nos dejaron allí. En la puerta de un taller en una roulotte abierta. Aquí muy bien y confortables, una de esas veces que sale más o menos bien. Realmente miedo no he pasado nunca en la calle, yo pensaba que si me mataban durmiendo, así descansaba del todo. Yo tenía un colega que decía, tengo unas ganas de morirme para hartarme de dormir. En la calle se duerme poco, las dos primeras horas, lo demás a ratos, al menos que vayas colocado”. F.J.M.P.

 

  • “Hace unos dias, por problemas con mis padres y fue terrible, inesperada, estaba solo, la calle es peligrosa. Lo único que busco una solución”.   D.F.P

 

  • “El momento en el que mis ojos vieron la realidad en la que se mueve la agonía y la falta de corazón del pueblo al no recibir ayuda en ningún sitio. Ya fuera hambre o techo”. L.I.P.

 

  • “Terrible, no puedo hablar….soy mujer”. C.A.G.

 

  • “Sentido mucho miedo”. Y. P.

 

  • “Fue una experiencia fatal”. F.A.

 

  • “Tenia 14 años y pase mucho frío”. Y.K.

 

  • “Fue horrible”. J.M.

“Sufrí mucho”. R. S.

“Pase mucho miedo y mucha inseguridad”. A.G

“Fue en una estación de autobús y dormí bien”. E.M

“Muchas veces he sentido que no tenía derechos, muchos perros y gatos que viven en casa están mejor que las personas que duermen en la calle”. Anónima

«Mi primera noche en la calle se remonta a los 12 años. Sentí miedo, intranquilidad. Pues me acordaba de mi hogar y de mis padres. Un ahogo recorrió mi maltratado cuerpo. Así fue mi primera noche.» A.